Desde el inicio de la pandemia una de las palabras más escuchadas, junto a otras mucho más dolorosas que no es momento de recordar aquí, ha sido “cuidado”, el cuidado como sustantivo, pero también como verbo, porque “cuidar” ha sido una de las acciones más frecuentes desde entonces, cuidarnos para poder cuidar a nuestro entorno.

“Tened cuidado” les he dicho a mis padres cada vez que tenían que ir a inevitables citas médicas… “Cuídate” o “cuidaos” se ha convertido durante meses en la “despedida-mantra” de cada correo, de cada llamada, de cada mensaje… Quizá ya lo hacíamos antes, quizá no, pero sin duda, los acontecimientos nos han llevado a recordar lo que significa esta palabra y al escribirla o pronunciarla hemos hecho que deje de ser un término sin más para convertirse en realidad.

Eso mismo ha pasado en nuestros centros. El cuidado nunca ha sido un concepto ajeno a las escuelas católicas, al contrario, ha estado presente desde su origen, y ha sido su principal motor y razón de ser, y más aún en los últimos meses. Nuestros centros hacen realidad la palabra cuidado, pues son escuelas donde la persona está siempre en el centro, donde se dota a los alumnos de las herramientas que necesita para vivir en el mundo que les rodea, donde se presta atención a las emociones, donde se escucha, donde se acompaña en el dolor y en las pérdidas…

Siguiendo el objetivo de Escuelas Católicas para este curso, centrado en profundizar en el cuidado reflexionando sobre las claves que necesitamos para aprender a cuidarnos y cuidar a nuestro entorno, el podcast de Escuelas Católicas, “Maestros en la educación”, ha contado en su última entrega con Loli García psicóloga, educadora y formadora y hasta febrero de 2020 asesora pedagógica de EC.

En la entrevista, de la mano de Victoria Moya, directora del Departamento de Comunicación de EC, Loli recuerda, entre otras muchas cosas, la importancia de construir escuelas del cuidado en las que se hagan visibles las emociones y en las que se enseñe a reconocerlas y gestionarlas. Pero es mejor escucharla, no os perdáis este podcast, del que adelanto que es imposible quedarse con un solo mensaje, pues todo su contenido es inspirador, 45 minutos que se convierten en un regalo para los oídos y mejor aún, para el alma. Cuidaos.

Zoraida Arribas Manzanal
@zoraida_arribas