A diario nos bombardean con mensajes e iniciativas encaminadas a cultivar el respeto al medio ambiente, y nos cuestionamos si todas lo hacen con el mismo nivel de coherencia y fundamentación. Resulta vital, por tanto, saber a qué campañas adherirse o no desde un centro educativo.

En la encíclica Laudato Si sobre la casa común, el papa Francisco puso de manifiesto la responsabilidad que tenemos los católicos con nuestro planeta, la Tierra. Salida de las manos del creador, es deshumanizador ver cómo contribuimos a su deterioro o ver que no hacemos nada por parar su destrucción progresiva. La urgencia nos apremia a reaccionar. Y esa sí nos parece una buena causa a la que apoyar y a la que responder activamente desde el Pacto Educativo Global.

Nuestros colegios tienen como pilar de su estilo educativo educar en el respeto hacia el planeta, para que las generaciones presentes y futuras puedan vivir y convivir en armonía. Es fundamental que seamos capaces de disfrutar de los sonidos, las imágenes, los olores y colores que captamos en la naturaleza, apreciar la vida en todas sus expresiones. Estos entornos nos ayudan a establecer el diálogo con Dios y a entender que somos parte integrante de este entramado sistema, ecosistema: el sistema del hogar, de la casa que habitamos.

En la Propuesta Educativa Vedruna se nos plantea educar personas que sean capaces de plantar un árbol, cultivar una flor y acompañar su desarrollo. Como sabemos, no se educa solo con la palabra, sino con el gesto y la acción. Por ello nuestro centro está inmerso en un proyecto que nos lleve a ser en la realidad y no solo en el papel, una Escuela Sostenible. 

Para ello se han puesto en marcha una serie de acciones encaminadas a reducir nuestra huella ecológica como centro e invitar a los miembros de la comunidad educativa a que se unan a estas iniciativas. 

Enumeramos algunas de ellas que hemos implementado hasta el momento: 

  • Disminuir el consumo energético: para ello se han instalado placas fotovoltaicas que generan un tercio de la energía eléctrica procedente del sol, se ha optado por adquirir una multicopista de impresión en frío, las bombillas que se van fundiendo se van reponiendo por LED, en los espacios en los que ha sido posible se han colocado sensores de movimiento para apagado automático…
  • Recoger, reciclar y reutilizar residuos, para ello existen contenedores para recoger pilas, bolígrafos y rotuladores, tapones, cartuchos de tinta y papel y cartón que son retirados por empresas e instituciones especializadas. Además se han colocado bancos en los patios hechos a partir de plásticos reciclados.
  • Disminuir el uso de papel: nuestro proyecto de digitalización nos ha permitido reducir considerablemente el papel que se utilizaba en el centro por parte del alumnado y del personal para el trabajo con documentos impresos. 
  • Fomento del cuidado de la salud: se ha estimulado la actividad física instalando aparcamientos para bicicletas y patinetes que cada vez son utilizados por más miembros de la comunidad educativa y se ha diversificado el material de Educación Física para animar a la práctica de deportes variados. A través del Proyecto de alimentación saludable se colabora con el programa de leche y fruta de la Comunidad de Madrid. También se premia en la evaluación el consumo de comida saludable en la asignatura de Educación Física.
  • Educar en el respeto a la naturaleza: nuestro Huerto Escolar permite al alumnado intervenir en el cuidado de otros seres vivos, no solo de nuestras plantas sino también de toda la vida que albergan. Este proyecto además pone de manifiesto la implicación de las familias en el centro. En nuestras salidas al entorno trabajamos este aspecto en profundidad.

Nuestra aportación en el cuidado de la casa común puede parecer pequeña, pero tenemos que saber que en nuestras aulas están los adultos del futuro y sus valores y actitudes podrán cambiar el mundo, llevar a la realidad todos los deseos que ahora tenemos. 

Todas las acciones están inspiradas por el principio de hacer realidad los propósitos, hacerlos tangibles, que se puedan experimentar. ¿Realmente seremos capaces de aprender a cuidar lo pequeño, al que tengo al lado, realmente pondremos en primer plano el ser y no el tener, a los seres? 

Aceptamos el reto y ponemos nuestro centro en marcha. En nombre de la comunidad educativa Vedruna de Carabanchel.

Mercedes Sánchez y David de Frutos