Llevamos muchos días “confinados” en casa. Al principio iban a ser quince días, después alguno más. Nadie esperaba vivir las jornadas de puertas abiertas con las puertas cerradas. El nombre suena tan absurdo ahora…

La admisión se plantea tremendamente difícil. No es la primera vez que hablamos del tema en este blog. Victoria Moya hace muy poco relacionaba este proceso de admisión con la teoría del caos para dar un poco de luz a esta situación tan particular.

Llevamos dos meses reinventando la educación. Primero la teledocencia, después la evaluación y ahora le ha llegado el turno a las jornadas de puertas abiertas.

Nuestros científicos trabajan muy duro para encontrar la vacuna que evite tanta muerte y tanto dolor. Una vacuna que evite el contagio, que permita abrir puertas y abrazar a los que más queremos. En comunicación todavía no se ha desarrollado la vacuna, pero hay un medicamento que no siendo nada nuevo está dando muy buenos resultados: el marketing.

Atención a las familias
En el libro de comunicación y marketing que publicó Escuelas Católicas en 2017 centrábamos la labor del marketing en los centros en torno a cuatro ejes fundamentales. Cuatro ejes que son, en tiempos de coronavirus, aun más importantes ya que no es posible la comunicación interpersonal.

El primero de todos tiene que ver con la atención a las familias. Este, sin duda, debe ser el eje de tu comunicación actual. Hemos dicho muchas veces que la primera jornada de puertas abiertas es tu web, esperamos que esté actualizada y que esté llena de propuestas y contenidos que ayuden a vencer al coronavirus.

Ahora que la segunda jornada no puedes hacerla físicamente todo depende de tus familias. Es un aspecto fundamental no solo por coincidir con el período de admisión. Las familias están desorientadas, necesitan más que nunca vuestro apoyo, vuestra pauta, vuestro consejo. Hay que atender a sus necesidades y no seguir como si todo siguiera igual. Mostrad sensibilidad y empatía en esta situación.

Es el momento en que el centro debe demostrar que los alumnos y las familias son lo primero, que se atiende a sus necesidades, a sus dudas, a sus miedos. Es el momento de practicar como nunca la escucha y de atenderlos de manera individual y personalizada. Si has segmentado y tienes identificadas necesidades y características de tus destinarios ahora podrás aprovechar este trabajo y recoger lo que has sembrado.

Si las familias están satisfechas y acompañadas, serán, sobre todo ahora, vuestra mejor carta de presentación. Os ayudarán, como nunca, a abrir las puertas de vuestro centro. Ellos serán los que inviten a otras familias a formar parte de una comunidad que cuida, es ahora cuando tenéis que hacer realidad la escuela de cuidados.

He visto prácticas realmente buenas en este ámbito, como la adaptación a los horarios del “ordenador compartido” de la casa, llamadas, correos, atención a alumnos con necesidades educativas, campañas de solidaridad para lograr la conectividad de todos los alumnos…

Captación de alumnos
No hay que perder de vista este objetivo. Asegurar la supervivencia del centro es cuidar a toda la comunidad educativa. Saber que el coronavirus no se cobrara más “víctimas” es labor del equipo directivo y de todos los trabajadores del centro.

Es posible realizar esas jornadas digitalmente a través de una visita virtual, webinars con el equipo directivo, entrevistas a través de videoconferencias, vídeos testimoniales y, por supuesto, contacto telefónico o por correo electrónico. Es época de reinventarse y quizá de sumar en años venideros estas prácticas a otras en las que se pueda visitar el centro físicamente.

Promoción y mejora de los servicios
La manera en que prestamos ahora nuestros servicios ha cambiado pero tenemos que seguir colgando el cartel de “Estamos a tu servicio”. Ahora cobra más sentido. Habéis demostrado que sabéis lo que estáis haciendo y que sabéis hacerlo de cualquier manera. Vocación y profesionalidad son las palabras que acompañan la labor de los maestros y profesores en estos días.

Nada ha quedado al azar. Y aquello que todavía no sabéis hacer no os de miedo a decirlo. No hay que buscar la perfección, hay que buscar la transparencia y la sinceridad. Siempre mejorando, siempre aprendiendo, siempre en camino.

Posicionamiento
Y evidentemente esta situación va a cambiar lo que piensan de vosotros. El lugar que ocupáis en la mente de las familias ahora es otro. Si habéis estado a la altura, si habéis escuchado, atendido, personalizado y adaptado los servicios os habréis convertido en lo que los expertos llaman una love mark, habéis sido parte de la solución y de la ayuda. Habéis logrado la confianza de vuestras familias. Enhorabuena.

Si no lo habéis hecho del todo bien, todavía estáis a tiempo. A tiempo de evaluar y de conocer cuál es la opinión que tienen ahora de vosotros y a tiempo de cambiar, reconocer vuestros errores y mejorar. Ahora los docentes son la cara y la voz del centro, sus principales portavoces. De ellos dependerá casi en su totalidad, la imagen y posicionamiento del centro. Demuestra la calidad y la calidez de tu equipo.

El coronavirus nos ha obligado a cerrar puertas pero ya lo dice la Biblia, “cuando se cierran las puertas, Dios abre ventanas” y lo ha hecho, y nos deja abrir las ventanas para ventilar más, para respirar aire puro y más limpio y para aplaudir a todos los que nos cuidan con mimo y dedicación. Abrid ahora las ventanas digitales de vuestro centro para ser más cercanos que nunca, para seguir comunicando y, sobre todo, para sentir que en la distancia seguís compartiendo la misma casa.

@albertomayoral (desde casa)