Dos canciones sobre el perdón que se están escuchando en estos momentos en la radio, “Lo siento” de Beret y “Perdón” de David Bisbal y Greeicy, nos hacen pensar que el papa Francisco nos propone para la cuaresma que comenzamos hoy algo desfasado. Sin duda el arrepentimiento y el perdón encierran una fuerza regeneradora, no solo de las relaciones entre las personas, sino también de nuestra relación con la creación.

En esta cuaresma, nuestro Pontífice pone el foco de atención en su mensaje para este tiempo litúrgico, en cómo la acción de los seres humanos tiene consecuencias en la naturaleza que nos rodea, para bien, cuidándola y moderando su explotación, o para mal, cuando la voracidad de un deseo incontrolado la devora en una superexplotación que destruye y contamina:

“Cuando se abandona la ley de Dios, la ley del amor, acaba triunfando la ley del más fuerte sobre el más débil. El pecado que anida en el corazón del hombre (cf. Mc 7,20-23) —y se manifiesta como avidez, afán por un bienestar desmedido, desinterés por el bien de los demás y a menudo también por el propio— lleva a la explotación de la creación, de las personas y del medio ambiente, según la codicia insaciable que considera todo deseo como un derecho y que antes o después acabará por destruir incluso a quien vive bajo su dominio”. Papa Francisco, mensaje de cuaresma.

En este mismo mensaje, el papa Francisco nos anima a vivir los tradicionales medios de la Cuaresma de una manera renovada:

  • Ayunar, o sea aprender a cambiar nuestra actitud con los demás y con las criaturas: de la tentación de “devorarlo” todo, para saciar nuestra avidez, a la capacidad de sufrir por amor, que puede colmar el vacío de nuestro corazón. 
  • Orar para saber renunciar a la idolatría y a la autosuficiencia de nuestro yo, y declararnos necesitados del Señor y de su misericordia. 
  • Dar limosna para salir de la necedad de vivir y acumularlo todo para nosotros mismos, creyendo que así nos aseguramos un futuro que no nos pertenece.

Desde Escuelas Católicas os invitamos a vivir estas orientaciones durante este tiempo de Cuaresma, para volver a encontrar de este modo, “la alegría del proyecto que Dios ha puesto en la creación y en nuestro corazón, es decir amarle, amar a nuestros hermanos y al mundo entero, y encontrar en este amor la verdadera felicidad”.

Juntos en el camino hacia la pascua.

Mercedes Méndez
@memesira