Personalmente creo que es una buena noticia compartir los datos del último Eurobarómetro y que aparentemente son muy claros: la población española apoya en su inmensa mayoría (un 93%) la política de cooperación para el desarrollo. Es una mayoría ciertamente abrumadora…

Los datos de este informe señalan también un apoyo masivo de la ciudadanía de la UE a los fondos para el desarrollo. Un 89% de la población europea se muestra partidaria de apoyar esta política pública, el apoyo más alto de los últimos 6 años.

En concreto, la sociedad española, junto a la sueca, es la más favorable a que la lucha contra la pobreza sea una de las prioridades del Gobierno. Incluso el 26% (la segunda cifra en Europa) quisiera que se aumentaran los fondos destinados al desarrollo. La ciudadanía parece tener mucho más claro esta realidad que sus dirigentes políticos.

Los resultados del Eurobarómetro demostrarían que la ciudadanía española y europea están muy por encima de los compromisos de gran parte de sus gobiernos, que son incapaces de cumplir sus propios compromisos y alcanzar el 0,7% de la RNB para cooperación (datos del último Informe Aid Watch).

Las políticas de desarrollo son cruciales para garantizar los derechos humanos de millones de personas en todo el mundo. En un momento como el actual, en el que hemos alcanzado el vergonzoso record de más de 60.000.000 de personas obligadas a abandonar sus hogares, es urgente fortalecer y dotar de presupuesto suficiente a las políticas de cooperación para el desarrollo.

Sin embargo, y pido perdón por ello… me cuesta pensar que realmente se puedan interpretar así los datos. Si la pregunta se formula en un abstracto en el cual la respuesta no compromete personalmente a quien la responde… ¿quién puede negarse a decir que hay que ayudar a quien muere de hambre? Esa es la clave.

Quizá los resultados serían muy diferentes si se pusieran sobre la mesa alternativas, a elegir, de qué consideran las personas que habría que modificar para generar recursos que poder compartir. Si la pregunta no incluye “de dónde” salen esos recursos… es quizá un brindis al sol, o pensar que puede haber dinero para todo…

Es también muy recurrente, no tengo estadísticas, que cuando se habla de la ayuda al desarrollo mucha gente diga que aquí hay necesidades, que en España hay pobres, que tal y cual… sin quizá valorar en el modo adecuado a qué nos referimos cuando hablamos de morir de hambre, o no tener una vacuna, o no tener agua potable, o no tener un pupitre…

Tengo el temor, pido perdón de antemano por ello, de que quizá, si la pregunta incluyera “¿está usted dispuesto a compartir un 1% de sus ingresos para hacer posible la ayuda al desarrollo?” los índices de respuesta, solo quizá, hubieran sido otros. Creo. Ojalá me equivoque.

Pero lo que tengo muy claro es que si esa sensibilidad estuviera tan presente en el juicio y la conciencia de la gente como aparece en la encuesta, todos los políticos, tan atentos a las encuestas, lo tendrían más en cuenta. Pero creo que es distraer el debate, ¿la solidaridad es una obligación a exigir a otros incluido el Estado, o es un compromiso primero y básico personal?

En España se ha desmantelado la ayuda al desarrollo y tristemente no ha pasado nada. Quizá la clave está en fomentar una cultura de gratuidad y solidaridad que permita, como fruta madura, desarrollar luego proyectos sociales de gobierno acorde al sentir mayoritario.

Javier Poveda