Hay encuentros originados por un anhelo y encuentros que nacen de una necesidad. En cualquier caso el encuentro es apertura, ya sea porque mira al pasado y desea un retorno al verdadero sentido de nuestras relaciones, o porque mira al futuro y planifica en lo por venir nuevos nombres para definir todo lo que solo podemos construir juntos. El anhelo y la necesidad no son, pues, signos de indigencia en nuestra capacidad para trenzar relaciones, sino más bien la condición para que se den con autenticidad, sin dejar espacio para una espontaneidad que las haga depender de nuestro estado de ánimo, de la oportunidad, o de la ocasión propicia.

La cultura del encuentro, a la que nos está invitando continuamente el papa Francisco, es parte inherente de nuestra forma de entender la educación y nuestras instituciones, podríamos decir que nos define, facilita la vivencia de los valores que consideramos propios, nos abre al anuncio del Evangelio y nos proyecta a la misión. La educación, en sí misma, es encuentro, ágora para el diálogo, umbral para el pensamiento propio e intersección de voluntades. La educación también se equilibra entre el anhelo de la memoria personal y la necesidad de la construcción del ser compartido, es encuentro en la medida en que siempre espera, siempre cuida, siempre mira de frente, evita la mirada de soslayo, sostiene la debilidad sin esquivarla, propone caminos que otros recorrieron y también senderos poco trillados, rehuye las sillas que acomoden sus esperanzas.

En Escuelas Católicas creemos en esta cultura del encuentro, no podía ser de otro modo. Y como no hay encuentro sin dar un paso adelante, estamos comprometidos en acortar los espacios y reaprender los sinónimos de proximidad. El proyecto +Cerca forma parte de esa creencia, suma búsquedas, convencidos de que la visión compartida necesita de la participación de todas nuestras entidades y de todas nuestras convergencias. Es mucho más que una ayuda para conocernos, no es poco ponerse cara y cuerpo completos en este tiempo de mascarilla y videoconferencia. Cada encuentro con una entidad titular se convierte en una celebración de nuestra concurrencia, intercambiamos inquietudes e intuiciones, ponemos nombre a los miedos y las amenazas que colesterizan nuestra misión educativa, nos enseñamos mutuamente y con orgullo las fotos familiares de todos los brotes verdes y las ilusiones que crecen con fuerza en nuestras instituciones y nuestros colegios.

+Cerca tiene objetivos poco ambiciosos, pero no son simples: conocerse y reconocerse, en la amplitud de significados de ambos términos; acompañar y diseñar nuevos encuentros, más allá de nuestras espirales autorreferenciales; reforzar la misión y animar la visión propia de cada carisma y cada entidad por un modelo educativo sin fecha de consumo preferente. Es cierto que los desafíos son cada día más complejos, pero es esa complejidad la que nos impulsa a no buscar soluciones individualistas, a generar encuentros.

Antes estábamos más unidos, ahora andamos divididos y compitiendo entre nosotros. En estas pocas semanas del proyecto +Cerca he podido escuchar en varias ocasiones esta triste y dolorosa frase. Aunque no es completamente cierta, contiene algo de verdad, las circunstancias sociales, políticas y eclesiales condicionan nuestra respuesta educativa y nos encierra en caminos de individualismo institucional. Es urgente la recuperación de la memoria que nos devuelva al centro de la misión más que a nuestras identidades, al anhelo de la unidad que se sustenta en el seguimiento de Cristo y la propuesta del Evangelio, a la necesidad la coherencia que se deriva de nuestra fe en un mundo mejor, y nos compromete en el cambio y la transformación. Es el momento de estar más cerca que nunca.

El papa Francisco nos pide un Pacto Educativo como oportunidad para construir la paz y la fraternidad, con la creación, con la casa común, con los que caminan junto a nosotros, también con los que caminan más lejos de nosotros. No habrá pacto sin encuentro, sin haber sentido la necesidad de respirar y dar el primer paso hacia la periferia en la que hacer hallazgos con quienes también buscan. Ahí es donde nos encontraremos. Espéranos, ya vamos.

Pedro José Huerta Nuño
Secretario General de Escuelas Católicas