El 14 de julio a las 8.00 horas de la mañana vi desde el salón de mi casa el último encierro de las fiestas de San Fermín, de mis fiestas. Como todos los días me emocioné antes de ir a trabajar observando a los corredores  -a los que algunos conozco- y que durante casi  900 metros hacen verdaderos bailes milagrosos delante de los toros. Imagino que el ser de Pamplona, mis vivencias personales y estar a 400 km de distancia, hace que este sentimiento sea más profundo.  

Desde mi infancia hasta la actualidad he vivido “momenticos” inolvidables durante los 9 días que nos regalan los sanfermines. Cuando era pequeña, disfrutando con mi gran familia, rodeada de los gigantes, kilikis, cabezudos, de las marionetas, de la procesión, de los fuegos artificiales, de las verbenas, del toro de fuego, de los boletos de la tómbola de Cáritas, de las barracas, de las piruletas de algodón de azúcar, de las actuaciones teatrales de la calle… y de la música, especialmente la de mi padre, que siempre ha amenizado estas fiestas con su saxofón en la Banda de Música La Pamplonesa y en otras Peñas conocidas de mi ciudad natal.

Al pasar los años he seguido disfrutando de estos días de diferentes maneras con amigos, padres, hermanas, sobrinos… y es que el día 6 de julio (día del Chupinazo),  sin duda es el mejor de todos, aunque la canción señale el “7 de julio San Fermín”. Qué grandes momentos se viven en Pamplona, cuántos almuerzos, comidas y cenas en la calle, cuántos bailes con las charangas al salir de los toros, cuánta gente conocida y desconocida disfrutando, cuánto “buen rollo” se respira en el ambiente sanferminero en cualquier zona donde te encuentres. En sanfermines hay espacio para todos, y personas de distintas edades podemos encontrar lo que nos gusta para pasarlo bien. ¿Te imaginas pasarlo bien con tu hijo, con tu madre y con tu abuelo? En estas fiestas lo podemos hacer.

Sin querer, con el pasar de los años, me doy cuenta de que las fiestas de San Fermín, tal cual las concebimos los de allí ya no son lo que eran. Las fiestas de San Fermín se remontan a varios siglos, y son una celebración en honor al primer obispo de Pamplona, San Fermín, que fue decapitado en Amiens, de ahí que llevemos el pañuelico rojo.  Justo hace un siglo (1916) que estas fiestas se celebraron casi con ausencia total de visitantes extranjeros, sin embargo son mundialmente conocidas por la difusión de Ernest Hemingway a través de sus crónicas periodísticas y de su novela «The sun also rises», conocida como «Fiesta» en el mundo hispano. Desde entonces ciudadanos de todo el mundo se acercan a Pamplona para conocer in situ la Fiesta. ¡Bienvenidos! ¡Viva San Fermín!

Pero quiero ponerme seria con algunas cuestiones. En los últimos años hemos ido viendo como se ponen de “moda” ciertas actividades que no son promovidas por los lugareños, sino por los guiris nacionales o extranjeros, como por ejemplo, que las chicas se desnuden en el chupinazo, o tirarse desde la fuente de Navarrería, entre otras cosas. La primera actividad sale en todas las cadenas de televisión como si de algo habitual se tratara, que sepáis que los de Pamplona estamos impotentes y no estamos de acuerdo. Yo misma he visto con desagrado esta situación en la plaza del ayuntamiento el día del chupinazo…, y entonces días más tarde suelo oír comentarios como: es que son fiestas sin medida, sin sentido, donde todo vale. NO, NO TODO VALE. Y la segunda actividad ya sabéis como ha terminado en muchas ocasiones ¿no? ¿A quién se le ocurre tirarse desde lo alto de esta fuente esperando que la gente te recoja y evite la caída de varios metros de altura? El resultado, paraplejia, tetraplejia o muerte. Y entonces nuevamente oigo comentarios como: es que esas fiestas son lo peor, se hace de todo, vaya costumbres… ¡NO SON NUESTRAS COSTUMBRES!

Por otro lado, en los últimos años, lamentablemente se han conocido muchas agresiones sexistas, seguramente porque se denuncian y hay mayor conciencia social. La Policía Municipal de Pamplona en su campaña “Por unas fiestas libres de agresiones sexistas” ha colocado numerosas cámaras de vídeo vigilancia por las calles de la ciudad y hay mucho personal dedicado a ello, lo cual no implica que lo evite en todos los casos. De hecho, me repugna y entristece que en seis días haya habido cuatro violaciones y numerosas agresiones sexistas. ¡BASTA YA! Estamos muy impotentes y disgustados ante esta grave situación, y prueba de ello es la manifestación multitudinaria que se concentró en la Plaza del Ayuntamiento el mismo día 7 de julio, más numerosa que en el propio Chupinazo.

Los sanfermines son unas fiestas en las que todos somos iguales, mujeres y hombres, ricos y pobres, y todos vestimos igual. Las fiestas de San Fermín se extienden por toda la ciudad, pero el RESPETO también. Quienes participamos en la fiesta, lo hacemos con estas condiciones. Así que: si vienes a sanfermines, por favor, comparte estos valores de respeto en cualquier situación, porque en fiestas NO TODO VALE.

Laura Ayerdi Zurutuza
@lauraayerdi