Horrorizados estaban ayer todos los padres que conozco después de leer la noticia que ha corrido como la pólvora. Unos padres de Oviedo castigan a su hijo adolescente sin móvil durante tres días y cuando este vuelve a encender el aparato le entran ¡catorce mil whatsapp!

Esta noticia se puede acometer desde múltiples perspectivas, la primera y más obvia, el mal uso que hacen algunos adolescentes de sus teléfonos móviles y la responsabilidad de los padres a la hora de acompañarles. De esto ya han corrido ríos de tinta así que voy a aprovechar esta noticia como metáfora de un concepto que me interesa resaltar: no es posible no comunicar (Paul Watzlawick psicólogo y filósofo estadounidense de origen austríaco nacido en 1921 en Austria).

Watzlawick trabajó en la Teoría de la comunicación humana e hizo una importante y conocida aportación a modo de 5 axiomas. El primero de ellos, “No es posible no comunicar”. Lo que esta doble negativa significa es que no hay opción de decidir si nos comunicamos o no. Todo lo que digamos o hagamos transmite como algún tipo de mensaje. Incluso si no hacemos nada, eso ya es un mensaje.

Que alguien levante la mano si es capaz de decirme una circunstancia en la que exista un contacto entre dos seres humanos y estos no estén comunicando. No se conseguirá; aunque no se digan una sola palabra, ni se miren, ni se toquen; aunque uno de ellos meta la cabeza en una caja de cartón para evitar el contacto con otro. Con todas esas actitudes ya está diciendo algo: que no quiere hablar, que no le gusta su compañero, que está cansado…

Del mismo modo, el adolescente de Oviedo privado de su móvil durante tres días estuvo comunicando durante esos mismos tres días. Su habitual actividad desmedida en redes sociales trasformada como por arte de magia en silencio sepulcral durante tres interminables días debió ser enormemente sorprendente para todos sus seguidores, tanto que probablemente la actividad de sus “amigos” creció conforme la actividad del chaval bajó. A menos comunicación de uno, más comunicación de los otros. ¿Qué le pasa?, ¿está enfermo?, ¿enfadado?, ¿triste?…

Para Watzlawick, la no comunicación no es posible, pero sí la mala comunicación, la comunicación fracasada, que aparece cuando, por ejemplo, se comunica con un código distinto, cuando el canal altera ese código o cuando existe una mala interpretación de la situación. Por tanto, una comunicación exitosa entre individuos se dará cuando el código que utilicen sea similar, cuando se eviten alteraciones del canal, cuando se tenga en cuenta la situación del receptor…

En definitiva, si no es posible no comunicar, no nos queda más remedio que cuidar nuestra comunicación e intentar con los medios a nuestro alcance hacerla más adecuada. El éxito de cualquier empresa que acometamos, el éxito de nuestra vida personal y el de la institución o el centro al que pertenecemos, está en juego. Por eso el XIV Congreso de Escuelas Católicas, “Emociona. Comunicación y educación”, quiere acompañar a sus centros e instituciones en este camino de la comunicación, para algunos tan natural y para otros tan complejo. Primero creemos fundamental concienciaros de la importancia de la comunicación y de la imposibilidad de soslayarla. Después, queremos ayudaros a hacer el recorrido de forma sencilla, cómoda y eficaz hasta que quede interiorizada y sistematizada. Animaros a asistir al próximo congreso de EC. Estamos (casi) seguros, de que no os defraudará.

@victoriamsegura