No hay comienzo fácil. Pero en los últimos años hemos aprendido a capear la incertidumbre de los comienzos a fuerza de confianza y necesidad, de corresponsabilidad y trabajo compartido. Casi podríamos decir que este curso afrontamos el comienzo más normalizado tras la experiencia de la pandemia, porque los tres septiembres últimos, entre medidas de protección, distanciamientos e implantación de la nueva Ley educativa, empezábamos el nuevo curso más agotados que al final del anterior, lo hemos notado y sufrido, pero también lo hemos superado con nota.
