¿Cuántos miedos y preocupaciones viven en las mentes y en los corazones de nuestras comunidades educativas? Cansancio acumulado de la pandemia, imágenes de la guerra en Ucrania que invaden las redes sociales, sensación de no llegar a todo, de no ser capaz, de no pertenecer, de no merecer la pena… Las estadísticas dicen que por lo menos un niño o niña de cada cuatro carga con situaciones emocionales que le impiden desarrollarse en plenitud y que le limitan en su vida académica, social y personal. Más de un 25% de cada clase, de cada colegio. Sí, también del tuyo. (Y seguramente son más, porque los más jóvenes son expertos en estrategias de supervivencia que generalmente son difíciles de detectar). Sigue leyendo
