¿Acaso sabías que el 20% de las personas que conoces, de tu familia, de tus amigos, compañeros… ha sufrido a lo largo de su vida algún tipo de abuso sexual?

Sí, suena muy fuerte; las estadísticas así lo reflejan. Uno de cada cinco niños en Europa sufre o ha sufrido algún tipo de abuso sexual.

Desde que Alberto Mayoral, (responsable TIC de Escuelas Católicas y sobre todo amigo…) me pidió escribir este post para hablar de la Campaña #Notecallescuentalo, llevo algún tiempo pensando y sinceramente le he dado mil vueltas, porque necesitaba expresarme desde el corazón, y no es fácil.

Quería escribirles a los adultos; a vosotros los que sois papás y mamás, como yo.

A los profesionales que trabajamos vinculados a lo más preciado de nuestra sociedad; la infancia. A otros adultos que, aun sin tener hijos ni trabajar en torno a la infancia, les preocupa este tema y están comprometidos con la necesidad de preparar de la mejor manera a nuestros niños, en ambientes seguros, donde puedan desarrollarse plenamente (familia, escuela, ocio…).

Y más en esta semana que hemos festejado el Día Mundial de la Infancia.

Y es que, en muchas ocasiones no nos damos cuenta de que cuando evitamos algunas realidades a nuestros hijos lo único que hacemos, sin querer, es perjudicarles. Pensamos que así les protegemos y ocurre todo lo contrario.

Como he comentado en otros foros, por circunstancias personales me vi en la necesidad de explicarles a mis hijos sencillamente lo que eran los abusos sexuales a los niños. Tenía que hacerles comprender algo tan duro y cruel, que  incluso como adultos no llegamos a comprender.

Dicen que de una gran crisis, luego surge una gran oportunidad. Y en este caso en particular se cumplían todos los parámetros. Tenía que enfrentarme a hablar del abuso sexual a mis hijos y ni quería, ni sabía cómo. Sentía rabia al tener que abordar algo que en ese momento consideraba que no les correspondía por edad, que podría generarles algún problema, desconfianza…

Comprendí rápidamente que estaba equivocado, que en realidad el error había sido no hablarles antes de esos temas de forma natural; caí en la cuenta de que precisamente ese era uno de los problemas de base, ya que muchos de nuestros niños podrían estar viviendo esas situaciones sin saber realmente si eso estaba bien o no, sin saber cómo expresarlo (porque de eso nunca se ha hablado en casa ni en el cole), sin saber a quién dirigirse si es que se estaban sintiendo mal, sin saber por qué podían estar sintiéndose tan mal, tan tristes, tan preocupados o incluso culpables de aquello…

De ahí surge #Notecalles, un cuento que me permitió acercarme a mis hijos y que de alguna manera podía servir para llamar a la puerta de los sentimientos de muchos otros niños. Un cuento que serviría de escudo ante posibles intentos de abuso, un cuento que serviría para vacunar y proporcionar recursos a los niños ante determinados monstruos que viven en nuestra sociedad.

El objetivo era principalmente provocar el diálogo sobre algo tan cruel y tan duro como son los abusos sexuales en la infancia, evitando generar miedo y resaltando los valores de la confianza en los seres queridos, el papel de los colegios, de las fuerzas de seguridad… dotar a nuestros niños de la información necesaria para abordar situaciones venideras o para denunciar abusos actuales o pasados.

Para ello conté con la colaboración de una gran amiga y escritora infantil, Menchu Cuesta; sin la que el cuento que todos habéis leído no hubiese sido el mismo.

Como comentaba al principio no podemos esconder de la realidad a los niños, a nuestros hijos, a nuestros alumnos… Y es que en nuestra sociedad viven y son reales los peores monstruos. Y los niños tienen que saberlo, así como saber qué hacer y cómo detectarlos.

Necesitaba facilitar herramientas para la prevención. Eso es clave. Si un niño desconoce lo que hace un abusador; si no tiene claro que su cuerpo es su propiedad más íntima y valiosa, le estamos dejando desvalido ante el problema.

Estoy seguro de que si trabajamos este tema desde edades muy tempranas, lograremos prevenir y detectar todos aquellos casos que puedan surgir. O al menos, facilitaremos los medios pertinentes para que los niños y adultos estén más alertas y puedan denunciar.

Para ello además del cuento, que ha servido de motor a la campaña, se generaron otra serie de recursos que permitieran trabajar el tema tanto en el hogar como en la escuela.

En la página web de www.notecallescuentalo.org se encuentra el cuento y todo el material gratuito a libre disposición para su uso. La campaña la lanzamos hace 6 meses y a ella se han ido sumando multitud de instituciones y empresas que han colaborado activamente.

Desde el primer momento contamos con el respaldo de entidades como Scholas occurrentes, Fundación ANAR, Fundación Atresmedia, Dell – EMC, el Grupo Vocento – ABC – COPE – CIEC – Maristas, Google, Escuelas Católicas.

Quisiera hacer una mención especial al Grupo Edelvives y a la Fundación Edelvives por su respaldo y confianza desde que presenté el proyecto. Especialmente a Javier Cendoya y Juan Pedro Castellano, entre otros formidables compañeros.

Así como al Grupo EMUME de la Guardia Civil que trabaja por la defensa de los niños, difunde la campaña en las escuelas y nos ayuda a resolver cada uno de los casos que se detectan.

En estos 6 meses han surgido distintos hitos vinculados al tema del abuso sexual en la infancia (algunos casuales, otros generados tras noticias recientes y otros se estaban diseñando desde hace algún tiempo).

El Gobierno, a través del Consejo de Ministros, comienza a trabajar para tramitar la Ley de protección integral frente a la violencia contra la infancia, que incluye el abuso sexual y el acoso a través de las redes sociales.

En ese punto interesaría trasladar desde la más sincera humildad, que es fundamental que se se trabaje la prevención en las escuelas.

Desde que hemos lanzado la Campaña nos han llegado ya cerca de 20 casos en los que se ha intervenido desde las Fuerzas de Seguridad del Estado. Por ello, sigo convencido de que es clave la detección y prevención.

En alguno de esos casos me duele y sorprende que todavía existan personas que hagan oídos sordos o miren hacia otro lado. Hablando entre adultos, eso simplemente nos convierte en cómplices de estos monstruos y lejos de dar a nuestros niños un mensaje de firmeza, de apoyo, de ausencia de culpa, de confianza… les deja en cierta medida indefensos, con dudas, con sentimientos contrariados… Nos necesitan y necesitan saber que no son culpables de nada y que desgraciadamente eso es algo que en ocasiones ocurre.

El papa Francisco publicó el 20 de agosto una Carta dirigida a todos los católicos en la que condena  los abusos sexuales, de poder y de conciencia, sufridos por muchos menores  y cometidos por personas vinculadas de una manera u otra a la Iglesia. Y promulga el mensaje de “Nunca más y Tolerancia Cero”.

No conviene olvidar que un alto porcentaje de los casos no está vinculado a la iglesia y ocurre siendo el agresor un familiar muy cercano; adultos que en circunstancias normales deberían protegerlos. En esos casos más que nunca, nuestros niños necesitan del acompañamiento, del buen hacer de los especialistas, para superar circunstancias tan duras cometidas por quienes deberían quererlos, cuidarlos, educarlos…

Distintos medios de comunicación se hacen eco de casos de actualidad o de casos del pasado, que se conocían o que se destapan en este momento… y es que gracias a los medios se toma conciencia de la gravedad y del alcance del problema y la sociedad se contagia de la necesidad de actuar de otra manera, de tomar otras medidas…

El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, ha aseverado en un comunicado que «la Iglesia reconoce abiertamente los abusos de diversa índole y tiene la firme decisión de erradicarlos».

Y ahí está gran parte de la clave;  aprovechar y convertir una desgracia en una oportunidad. Hay instituciones que, ante el dolor que les ha irrumpido internamente, con valentía, han sabido ser humildes, disculparse desde el corazón y ofrecer recursos para prevenir, para lograr que algo tan grave no vuelva a suceder. Deseo y espero que otros muchos se sumen a este camino y entre todos consigamos acabar con una de las mayores lacras de nuestra sociedad.

Ya que como os comentaba al principio; cuanto más me dolía hablar de este tema a mis hijos, más cuenta me daba de que era realmente importante que conociesen esta realidad. Destacando los siguientes puntos:

  • Tener clara la propiedad de su cuerpo y su intimidad/respeto.
  • Saber identificar qué es aquello que nunca debe hacerles alguien (ni sus papás, ni sus maestros, ni su entrenador, NADIE…).
  • Saber que denunciar esas cosas les convierte en valientes/héroes. Puede que sea algo que les esté pasando a ellos o puede que sea algo que sepan que le ocurre a un amigo. Si lo están viviendo en primera persona, contándolo están ayudando además a que otros niños dejen de sufrir como ellos.
  • Hay personas dentro de nuestro ámbito en las que debemos confiar y no ocultar secretos, desterrar el término de “chivato”.
  • Comprender que hay monstruos que, cuando hacen daño a los demás, cuando abusan de los niños, no deben ni pueden vivir en sociedad. Y para ello interviene la justicia.
  • Confiar en sus seres cercanos, su familia, sus profesores, sus amigos, la policía, la Guardia Civil y compartir aquello que les inquieta, incomoda, asusta, preocupa…

#Notecallescuentalo
Arturo Cavanna