El presentador lo anunció así al público: es la primera vez que se realiza este proyecto, alumnos que viven a muchos kilómetros de distancia y que se conocen desde hace tres días, se reúnen hoy en este concierto. Todo se inició con la propuesta del profesor Fermín Hernández, que desde Tenerife, soñó con crear una orquesta compuesta por alumnos de todos los colegios de la Pureza en España.

La idea surgió cuando en la Pureza empezaron a celebrarse las Olimpiadas, primero en Madrid, luego en Valencia, y el año que viene en Tenerife. En estos encuentros deportivos participaban más de 1.000 alumnos. Si se podía hacer para fomentar el deporte, ¿por qué no algo semejante con la música?

En un momento de continuos cambios legislativos vemos como, a pesar de concluir que la formación ha de ser integral, que se ha de evaluar por competencias y desarrollando todas las inteligencias que poseen los alumnos, que además tienen que aprender partiendo de su propia experiencia, valorando la diversidad, sabiendo trabajar de forma cooperativa… la decisión ha sido, en mayor o menor medida, dependiendo de las comunidades, la reducción de horas de música en nuestros colegios.

Sin embargo en muchos de nuestros orígenes, descubrimos que nuestros fundadores, grandes pedagogos, pusieron gran interés en que sus alumnos se formaran en música, pintura, teatro, composición de poesía y gimnasia. En el Colegio que dirigió Alberta Giménez en Palma y que hoy se conserva como museo, se pueden ver todavía las muestras de las partituras que las alumnas interpretaban, recortes de prensa en el que se anunciaban las exposiciones de sus trabajos, las audiciones musicales y sus famosas tardes literarias que todavía hoy se celebran. Alberta Giménez conocía el valor pedagógico de la música como un elemento formativo, no solo a nivel intelectual, sino también a nivel emocional, relacional y espiritual.

Y eso es lo que pudimos comprobar del 27 al 30 de abril. Tres días de ensayo y convivencia de niños y jóvenes de entre 10 y 17 años. Alumnos de distintas comunidades autónomas, distintos club de fútbol, con diferentes lenguas… que se sintieron “equipo” desde el principio, que encajaron con su director y entre ellos haciendo, que lo que hasta entonces habían ensayado a distancia, se uniera formando una sola pieza completa. Ni una queja, ni un desánimo, ni un reproche ante alguna nota fuera de tiempo. Responsabilidad, compañerismo, disciplina, compromiso, superación, convivencia, alegría y satisfacción. Ha sido lo que estos músicos nos han recordado puede enseñarnos la música.

 

María Elena Valiente López de Briñas
Directora de Secundaria
Colegio Pureza de María Los Realejos