“Cuidarnos unos a otros o arriesgarnos a nuestra propia destrucción”. Así se expresa Leonardo Boff, en su ‘Carta de la Tierra’ escrita en el año 2000, cuando propone una nueva manera de relacionarnos y de encontrarnos los seres humanos, y eso es algo que tenemos que llevar también al mundo de la educación y a nuestras escuelas: o cuidamos, o perecemos.

O nuestras escuelas, y de manera especial nuestras escuelas católicas, asumen un nuevo modelo regido por el cuidado, y cuidan a nuestros niños y cuidan la educación… o estamos abocados a un mundo deshumanizado.

Ese es el gran desafío educativo de nuestro tiempo: si aprendemos a cuidar -al otro, al alumno, al docente, a las familias, al equipo directivo, a nosotros mismos- y a dejarnos cuidar, entraremos en la senda de un desarrollo que, más allá de satisfacer necesidades básicas, nos va a reportar un futuro lleno de alegría: recuperar vínculos, establecer relaciones desde la cooperación, reforzar el perdón, crecer en el respeto a la naturaleza…

Por suerte, somos muchos, y cada vez más, los que estamos embarcados en una transformación que se hace desde dentro y que compromete un nuevo modo de vida. Una auténtica “revolución del cuidado”.

Eje vertebrador de la propuesta educativa

El cuidado es una línea estratégica de la Fundación Edelvives y Edelvives no porque esté de moda o porque nos hayamos visto obligados por las circunstancias. El cuidado nos apasiona, y nos apasiona también comprobar que los centros e instituciones se van sumando, convencidos de la importancia de ir más allá de acciones concretas y de que el Cuidado Educativo Integral, como nosotros le llamamos, se convierta en el eje vertebrador de la propuesta educativa.

La clave para que funcione es vincular el cuidado con el ámbito educativo en sus distintas dimensiones: escolar y familiar, alumnado y profesorado, formación e innovación, liderazgo y gestión, la dimensión pastoral y espiritual, la naturaleza, la reflexión personal, la atención a la diversidad…

Estamos aprendiendo mucho de la herramienta del cuidado que hemos puesto a disposición de las instituciones y los centros para que conozcan en qué estado se encuentran y, a partir de ahí, podamos responder con soluciones de mejora y crecimiento que hagan posible este cambio que consideramos imprescindible: formación, acompañamiento, asesoramiento, materiales, replanteamiento de estructuras, estrategias…

Son muchas las herramientas que hemos puesto en marcha hasta el momento, como la Cátedra del Cuidado con la Universidad de Zaragoza, y muchas más las que están por venir, como el curso ‘+Q2’ (‘Más que dos’) con el Instituto da Familia de Xosé Manuel Domínguez Prieto.

Con y para las personas

El cuidado tiene mucho, por no decir “tiene todo”, de personas. Sin ir más lejos, la pandemia nos ha resituado y nos ha enseñado a estar de una manera diferente, ha ganado peso lo virtual, las videollamadas, las reuniones a distancia, han ganado más importancia si cabe las redes sociales. Pero todo eso no deja de ser la demostración de que nos necesitamos mucho y de que las personas hacemos lo que sea con tal de seguir encontrándonos.

Por eso es tan importante que nos cuidemos, cada uno a nosotros mismos, aunque parezca egoísta (pero si yo no estoy bien, nada va a estar bien), y unos a otros. Y hay un colectivo al que tenemos que dirigir una mirada y una atención especial, sobre todo como cristianos que somos: los más vulnerables, los desfavorecidos, los que lo tienen peor para salir adelante. Ellos son los que más nos necesitan y es por seguimiento a Cristo que no podemos renunciar a cuidarles. Por favor, no nos olvidemos de ellos en nuestras planificaciones.

Formamos equipo

En Fundación Edelvives formamos equipo con muchas personas, instituciones, entidades y proyectos para avanzar en nuestra propuesta del Cuidado Educativo Integral, una propuesta transformadora que tiene un objetivo, pero no una meta: el objetivo es dar lugar a una vida renovada y fructífera, y eso es un impulso que no termina. Estamos llamados a reconstruir la educación y dar a conocer este mensaje de cambio a todos los que quieran unirse.

Para terminar, quiero citar a mi buen amigo Óscar Alonso Peno en su fantástico libro ‘Una revolución de los cuidados para nuestra Pastoral Escolar’ (Khaf, 2021). En él, Óscar recoge “anotaciones para una evangelización cuidada, cuidadosa y cuidante”, y se pregunta: “¿Qué colegio se necesita: uno que apueste solo por la excelencia académica, o uno que se proponga cuidar integralmente a las personas, tanto educadores como educandos”.

Nuestras escuelas necesitan unirse a la “revolución del cuidado”.
Cuídate para cuidar.

 

Juan Pedro Castellano
Director Fundación Edelvives