Escuelas Católicas acoge con gran esperanza “La alegría del amor”, la nueva Exhortación Apostólica que el papa Francisco ha hecho pública tras los tres años de sínodos y consultas al conjunto de la Iglesia. Francisco recorre en este documento todo el ciclo vital de las familias. No hay aspecto al que no dedique una palabra de luz. Propone “una pastoral positiva, acogedora” (nº 38) que representa una “llamada” crucial para las familias cristianas, pero también una llamada abierta a todas las familias (nº 250).

La Iglesia elige el camino por el que anda Jesús y el papa Francisco es claro: “he querido plantear con claridad a toda la Iglesia para que no equivoquemos el camino: Dos lógicas recorren toda la historia de la Iglesia: marginar y reintegrar […] El camino de la Iglesia, desde el concilio de Jerusalén en adelante, es siempre el camino de Jesús, el de la misericordia y de la integración” (nº 296).

Escuelas Católicas, como parte de la Iglesia concluye en ese camino de la integración que vivimos en el seno de nuestros propios centros educativos. Así se constata en una encuesta elaborada por la Universidad de Comillas y el Instituto Universitario de la Familia para Escuelas Católicas según la cual los centros católicos son tan diversos como lo es la propia sociedad española: en España hay un 24,3% de padres con hijos menores de 18 años que conviven en pareja de hecho, y en los colegios católicos ese porcentaje es del 18,3%. Por otro lado, hay un 7,5% de padres en España que viven en hogares monoparentales: en los colegios católicos están en esa situación el 5,5% de los padres. Ningún padre, en sus diversas situaciones familiares, debe sentirse ajeno ni extraño en nuestras comunidades educativas cristianas. Como el papa Francisco, valoramos lo que de amor hay en cada forma familiar, queremos seguir apoyando las situaciones difíciles, así como cuidar el progreso de todas las familias.

“La Iglesia no deja de valorar los elementos constructivos en aquellas situaciones que todavía no corresponden o ya no corresponden a su enseñanza sobre el matrimonio” (nº 292). Hay una valoración positiva de diferentes aspectos que se dan tanto en el matrimonio civil como en las convivencias (nº 293), y hay que “entrar en diálogo pastoral con ellas” (nº 293). En todo caso, hay que “afrontar todas estas situaciones de manera constructiva, tratando de transformarlas en oportunidad de camino” (nº 294) y “acompañarlas con delicadeza” (nº 294).

En La Alegría del Amor, el papa Francisco tiene palabras para las escuelas católicas y, especialmente, para la importancia de la educación en la vida de las familias. Uniéndose a las conclusiones del Sínodo 2015, el Papa sostiene que “uno de los desafíos fundamentales frente al que se encuentran las familias de hoy es seguramente el desafío educativo, todavía más arduo y complejo a causa de la realidad cultural actual y de la gran influencia de los medios de comunicación”. “La Iglesia desempeña un rol precioso de apoyo a las familias” (nº 84).

El Sínodo ha querido resaltar la importancia de la escuela católica que “desarrolla una función vital de ayuda a los padres en su deber de educar a los hijos […] Las escuelas católicas deberían ser alentadas en su misión”, escribe recordando las palabras del Sínodo de los Obispos de 2015 (Relación final 2015, 68). Y con el fin de lograr “una educación integral” el papa Francisco sostiene además que necesitamos “reavivar la alianza entre la familia y la comunidad cristiana”.

Asimismo, para que sea posible la labor educativa de los padres, la Iglesia continúa sosteniendo en todo el mundo que es imprescindible que los padres sigan teniendo “derecho a poder elegir con libertad el tipo de educación -accesible y de calidad- que quieran dar a sus hijos según sus convicciones” (nº 84). Es necesario un “pacto educativo” (nº 84) que haga posible “la alianza educativa de la sociedad con la familia” (nº 84).

Las escuelas católicas son comunidades en las que es posible hacer una muy valiosa contribución a la hora de “cuidar con amor la vida de las familias”, porque ellas “no son un problema, son principalmente una oportunidad” (nº 7). Muy especialmente se debe dar apoyo a tantas familias que en nuestros centros se encuentran en situación de vulnerabilidad social. Hay que continuar intensificando el apoyo a las familias de inmigrantes, a las que sufren desempleo y a aquellas que tienen dificultades en la conciliación entre vida laboral y familiar.

Escuelas Católicas tiene un intenso compromiso en el cuidado de las familias y experimentamos que en la sociedad “se aprecia que la Iglesia ofrezca espacios de acompañamiento y asesoramiento sobre cuestiones relacionadas con el crecimiento del amor, la superación de los conflictos o la educación de los hijos” (nº 38). No obstante, dadas las dificultades a que se enfrentan las familias en los nuevos contextos, hay que mejorar el cuidado de las parejas y familias, y multiplicar sus capacidades.

Al reflexionar sobre esta nueva Exhortación es evidente la “necesidad de desarrollar nuevos caminos pastorales” (nº 199) desde la “espiritualidad del cuidado, del consuelo y del estímulo” (nº 321). Hay que emprender “caminos pastorales que nos orienten a construir hogares sólidos y fecundos” (nº 6). Buena parte de esos nuevos caminos pastorales se recorrerán en las escuelas católicas.

Fernando Vidal
@fervidal31