Los asuntos importantes de la vida tienen algo en común: para que sean fructíferos, exitosos y progresen deben cumplirse varias condiciones necesarias. Y ninguna de ellas es suficiente. 

¿Cuáles son los asuntos importantes de la vida? Supongo que cada uno haremos nuestra lista y la gran mayoría coincidiremos en muchas respuestas. Sentirse bien, ser razonablemente feliz, la salud, el desarrollo personal, conseguir una sociedad más justa, proteger el medio ambiente y por supuesto…la EDUCACIÓN.

Sí, uno de esos asuntos importantes de la vida es la educación. La educación nos enriquece, nos ennoblece, nos hace ser más humanos. Los grandes desafíos de la sociedad, de la humanidad progresan en la medida que la educación lo hace.

Para que la educación funcione necesitamos que se cumplan unas cuantas condiciones necesarias. Necesitaremos dinero, buenos profesores, leyes (un sistema) con sentido común y adaptado a la realidad actual, un buen ambiente (sociedad) educativo.

La sociedad educativa

Escuché un día al coordinador del informe PISA -Andreas Schleicher- decir que dentro de la información contenida en PISA había un descubrimiento importante: siendo la cantidad de dinero invertida en educación una variable que correlaciona positivamente con el éxito educativo, había otras variables que correlacionaban aún mejor. Y una de ellas era el ambiente educativo, lo que podríamos denominar la sociedad educativa.

La sociedad educativa mejora en la medida en la que los diferentes agentes que la conforman -cada persona, familia, empresa, organismo, institución, políticos- tienen una mirada inteligente, cariñosa y activa dirigida a quienes protagonizan la educación. Y esto no siempre es así, muchos hablan de educación pero son, en cambio, muchos menos los que se preocupan por actuar de forma inteligente y en equipo con la comunidad educativa.

Una buena sociedad educativa reconoce y estimula positivamente al profesor. Una buena sociedad educativa sabe que el profesor es una condición necesaria (y algunas veces incluso suficiente) para que el alumno progrese, se motive, emocione. Una buena sociedad educativa sabe que el profesor es el socio de las familias, sabe que hay profesores buenos, regulares y malos y que todos ellos (salvo aquellos que actúen de mala fe o demuestren una apatía y pusilanimidad continua) son mejores en la medida que el entorno mejora. La buena sociedad educativa crea mejores entornos para sus profesores y estos se comprometen con su profesión y la sociedad. Es un beneficio sistémico que contagia a todos.

¿Clientes  y proveedores? ¿O socios?

¿Son las madres y padres clientes? ¿Es el colegio, el instituto, los profesores los proveedores de educación de los hijos? ¿O son ambos socios con un mismo objetivo que trabajan en coordinación los unos con los otros?

“Mi profesión me encanta, lo peor son estos momentos” es una frase bastante repetida entre profesores a la salida de una reunión en la que han tenido que relacionarse con una madre o padre cliente. Volviendo al inicio de este artículo parece razonable decir que “es una condición necesaria que para que la educación funcione, madres, padres y profesores trabajen en equipo”.

Necesitamos que madres, padres y profesorado trabajen en equipo para el  progreso educativo. No será suficiente pero es necesario.

Debemos evitar que haya madres y padres que critiquen a los profesores ( y peor aún delante de sus hijos) no es bueno que les hagan los deberes a sus hijos, tampoco es bueno que no reconozcan la figura del profesor y sería fantástico que las madres y padres pusieran a disposición de profesores sus conocimientos y contactos para crear una comunidad de aprendizaje.

La sociedad educativa necesita tener profesores que quieren a sus alumnos más que a su asignatura, que saben sacar lo mejor de cada alumno y se lo comunican a las familias, que fomentan el diálogo y la comunicación con las madres  y padres, que se coordinan con el resto de profesores para que haya una carga de deberes lógica y viable.

Dieciséis expertos han creado una propuesta para madres, padres y profesores, es el Pacto por la educación en equipo (www.equipoeducativo.com) al que Escuelas Católicas se adherirá con la intención de lograr que el trabajo en equipo sea un compromiso, una realidad.

Sobre  sociedad educativa, sentido común, equipo… sobre la relación familia y escuela hablaré el próximo 17 de noviembre en el XIV Congreso de Escuelas Católicas en Oviedo. Nos vemos allí.

Leo Farache
@LeoFaracheKing

Director de Gestionando Hijos y Educar es Todo
Promotor de la iniciativa “Pacto por la Educación en Equipo”
Ponente en el XIV Congreso EC «Emociona. Comunicación y educación»