Conducir por el maravilloso mundo de la lectura y la escritura a los niños durante la infancia, de una forma sencilla y placentera, es el objetivo de los profesores que asumimos el compromiso y el reto pedagógico de educar.

Cuando los niños aprenden a leer y escribir adquieren seguridad, se les abren las puertas al mundo del conocimiento y la cultura, y se transforman en ciudadanos capaces de aportar a la sociedad. Por lo tanto, es imprescindible fomentar la lectura comprensiva, que permite adquirir el hábito lector, y la escritura creativa, que encamina a expresar lo que se desea escribir. Para lograrlo, es fundamental el método que se utilice.

Entre otras actividades, he dedicado buena parte de mi trayectoria profesional en España y Centroamérica a enseñar a leer y escribir de forma motivante a niños de educación infantil y primer ciclo de Primaria, y a personas analfabetas. También he ayudado a corregir las dificultades y problemas de lectoescritura a los que se enfrentaban a partir del segundo ciclo de Primaria, evitando así el fracaso escolar al que estaban avocados. Y desde hace años, tengo la satisfacción de dedicarme a la formación del profesorado que desea enseñar a leer de forma comprensiva y a escribir de manera creativa. Mi experiencia me ha permitido, por una parte, descubrir las bondades de los diferentes métodos y las dificultades que pueden generar y, por otra, me ha motivado a proponer una metodología para enseñar lectura comprensiva y escritura creativa, además de solucionar los problemas pedagógicos que generan algunos métodos. La metodología que propongo no se basa únicamente en mi experiencia sino en los estudios de quienes se esfuerzan por conocer la manera de ayudar a comprender lo que se lee y a saber redactar lo que se desea expresar por escrito.

Un buen método es el que permite que los niños disfruten descubriendo que, detrás de cada libro, se esconden maravillosas historias que esperan a ser desentrañadas.

Los cuentos son la motivación para leer y la ayuda imprescindible para adquirir el hábito lector. Habitualmente, se enseña a leer utilizando fichas y textos, pero ni un solo cuento. A través de mi metodología, se pone el acento en las historias que cuentan las palabras y no tanto en las letras que las conforman (leer no se limita a juntar letras, supone comprender lo que queremos expresar utilizándolas). Los niños comprueban, desde el primer día que se acercan a los libros, que esos signos gráficos que no consiguen entender todavía, esconden historias que sí pueden disfrutar. Y, poco a poco, como les propongo múltiples actividades en las que tienen que utilizar los cuentos de la biblioteca de aula, consiguen descifrar el mensaje que encierran las palabras y las letras que las conforman.

El proceso de aprendizaje de la lectura va encaminado a la comprensión desde el inicio (no se enseña lectura mecánica). Para lograrlo, se inicia el proceso partiendo de la comprensión visual: lectura de las imágenes de los cuentos, y auditiva: escuchar cuentos.

Las ilustraciones del método que propongo, repletas de detalles, motivan al niño a observar, comprender, expresar y disfrutar con el objetivo de incentivar la comprensión visual. Para impulsar la comprensión auditiva, se presenta una selección variadísima de poemas y diferente tipo de textos de autores nacionales y extranjeros. Tanto para ayudarles a desarrollar la comprensión visual como la auditiva se formulan preguntas relacionadas con lo que ven y escuchan animándoles a su vez, a reflexionar sobre sus emociones, la convivencia y lo que sucede en su entorno.

Respecto a la escritura, se parte de la lectura potenciando un proceso lógico que permite pasar de la comprensión lectora a la escritura creativa basada en lo que desean expresar, no en la copia repetitiva de trazos, letras y palabras fuera de un contexto significativo. El objetivo de la escritura es expresar lo que se desea comunicar utilizando palabras. Los niños lo logran desde la primera letra que les enseñamos si tenemos en cuenta que su expresión gráfica va unida al dibujo desde mucho antes de ser capaces de expresarse mediante letras. Si sabemos inducirles a ello, crean dibujos a los que añaden las vocales, sílabas, palabras y frases que van aprendiendo paulatinamente.

En cuanto al ritmo de cada niño, sabemos que varía de unos a otros. Unos avanzan rápido y otros lo hacen lentamente. Sin embargo, fomentando el trabajo en equipo, todos lograrán el objetivo.

Mi propuesta está basada en el disfrute de cuentos, leídos y escritos, desde el inicio del aprendizaje. Los niños disfrutan leyendo y escribiendo cuentos, a la vez que se potencia su autoestima y su educación socioemocional y en valores, abriéndoles las puertas al mundo del conocimiento y la cultura.

Maite Vallet