En 1995, un grupo de personas apasionadas por el deporte escolar decidió crear, al amparo de la Ley Orgánica del Deporte de 1990, el ente de promoción deportiva Eusebio Millán para el Deporte Escolar (EMDE) con la finalidad de ofrecer, a las 100 entidades afiliadas al mismo y a aquellas que lo solicitasen ser en el futuro, unos campeonatos que promovieran valores entre sus participantes, pero de una forma efectiva y no efectista.

Decidieron llamarlo EMDE, porque Eusebio Millán fue el escolapio que introdujo el baloncesto en España al volver de sus misiones en Cuba, implicándose en el deporte escolar y utilizándolo como instrumento para la educación integral de los alumnos. Este hecho hizo que el nombre fuera ad hoc, pues los fundadores de la entidad y los directivos que luego les han sucedido, siempre han entendido el deporte como una herramienta indispensable para educar a las personas.

En 1995 se organizan los primeros Juegos Nacionales Escolares Cadetes, ampliándose luego las categorías de celebración a los niveles Infantil y Alevín, pero esto sería siete ediciones después, ya en el año 2002. Además, los campeonatos estatales adquirieron una dimensión internacional, pues EMDE se inscribió en la Federación Internacional del Deporte de la Enseñanza Católica (FISEC), siendo los campeones y subcampeones de la categoría cadete los que luego representan a España en los juegos organizados por FISEC, que en 2019 celebraron en Rumanía su 71 edición.

Durante estos 25 años han pasado por el torneo nacional más de 40.000 deportistas y 2.500 equipos. Esta aventura que iniciaron unos ilusionados fundadores se ha ido transformando para satisfacer las exigencias de los nuevos tiempos y cubrir las expectativas de las nuevas generaciones, pero a pesar de los cambios formales y de la profesionalización de los técnicos del campeonato respecto a sus inicios, sigue quedando lo más importante, la esencia.

La esencia de ser un campeonato deportivo en el que los valores no son palabrería, sino que se demuestran mediante incentivos, como los premios Fair Play y Valores Humanos; mediante reglas como el cierre de acta a diferencia de 10 goles en fútbol para evitar las humillaciones o la obligada convivencia de los deportistas en un único hotel; etc.

Este viaje, que acaba de hacer una primera gran escala, pretende continuar muchos años, pero hay que destacar que estas bodas de plata han sido posibles gracias a fieles compañeros de travesía como el diario ABC, el Ayuntamiento de Torremolinos y McYadra, quienes llevan desde 2003 apostando por un deporte en estado puro, y a los que Anaya se ha querido sumar con motivo de este 25 aniversario.

A todos ellos y muy en especial a los directores, coordinadores, entrenadores, jugadores y familias: GRACIAS POR VUESTRA CONFIANZA. Juntos seguiremos creciendo, aprendiendo, avanzando, soñando y creyendo.

Javier Esteban Salcedo