Los padres no tienen un manual de instrucciones para educar a los hijos y según van haciéndose mayores los retos y dificultades en su educación van en aumento, tanto en las relaciones interpersonales, como en todo lo relacionado con la escuela y las decisiones que deben tomar sus hijos en ella: optativas, ciclos formativos, rutas de estudios, elecciones vocacionales.

Los padres deben ser copartícipes en el proceso educativo y formativo de sus hijos y por ello es necesario establecer en los centros cauces fluidos de información y participación. Todas las decisiones académicas, que son “retos” para los alumnos, se deben tomar en conjunto entre padres, maestros y orientadores, ayudándoles a elegir las opciones más adecuadas para su futuro en un camino que hay que recorrer juntos.

Hay muchos mitos que desterrar en la educación vocacional, y el papel de los orientadores en los centros es fundamental para hacerlo. No siempre los hijos deben seguir las tradiciones familiares (“mi padre es abogado… yo tengo que ser abogado”), ni deben estudiar lo que los padres hubieran querido estudiar, ni ser una proyección de las expectativas familiares. Por otra parte, en los próximos años desaparecerán algunos trabajos tradicionales por la irrupción de robots y nuevas tecnologías, y surgirán muchos otros ligados al mundo digital. Según datos recogidos por el Observatorio para el Empleo en la Era Digital, ocho de cada diez jóvenes encontrarán un empleo relacionado con el ámbito digital en trabajos que aún no existen.

Es fundamental implementar en nuestros centros una orientación vocacional y profesional temprana, estructurada y de calidad en la que deben tener un papel destacado los padres y los alumnos junto con los orientadores y tutores, para así facilitar el complejo proceso que viven y afrontan los chicos a la hora de decidir cuál va a ser su camino profesional y la formación que necesitarán para incorporarse al mercado laboral.

Y qué mejor forma de profundizar en el tema para informar y formar los orientadores y directivos de Escuelas Católicas que realizar una jornada para poner en común todas estas inquietudes y analizar “cómo ayudar y cómo trabajar con los padres” para que conozcan y faciliten este proceso de orientación vocacional y profesional en sus hijos.

“Escuela y familia juntos para orientar el proyecto de vida de los alumnos” es el título de la jornada organizada recientemente por Escuelas Católicas a la que acudieron más de 240 orientadores y directivos de centros. Fue un punto de encuentro de profesionales en el que a través de ponencias, un panel de experiencias de centros y diversos talleres, profundizamos en la importancia de que los padres sean aliados y partícipes en la educación de sus hijos, facilitando a los orientadores su función de agentes de cambio y dinamizadores de las relaciones entre la familia y el centro, para generar verdaderas comunidades educativas.

En este recorrido por la orientación en el proyecto de vida de los alumnos, Fernando Vidal nos habló de los diversos tipos de familia que existen en nuestros centros, de los retos a los que la familia se enfrenta en su día a día, de la necesidad de un nuevo consenso del valor de la familia en la sociedad, y de la importancia de las familias evangelizadoras y activas.

La Fundación Bertelsmann, con la que Escuelas Católicas ha firmado recientemente un convenio de colaboración, expuso su nueva apuesta  formativa, la Orientación Profesional Coordinada (OPC) con la que quiere desarrollar un sistema coordinado de orientación profesional con el apoyo de agentes educativos, empresas y otras instituciones que ponga en valor las cualidades, el talento y las competencias de cada alumno, mediante cursos y trabajo de campo en centros tanto públicos como concertados, y expuso MyWayPass una  herramienta “gamificada” en una plataforma on-line gratuita que ofrece una forma alternativa de acompañar a los jóvenes en su proceso de toma de decisiones académicas y profesionales.

Dentro de las experiencias concretas, de las muchas que se están llevando a cabo en nuestros centros, el Colegio Cardenal Spínola de Madrid compartió con los asistentes su forma de trabajo con las familias, involucrándolas en la labor del centro con talleres, grupos interactivos, tertulias, máster class de padres, mesas redondas o work shops, pero siempre incardinados en el proyecto de centro. Por su parte el Colegio Compañía de María de Zaragoza expuso el Proyecto MILÓ cuyo objetivo es construir una propuesta compartida de familia/escuela, mediante un espacio de convivencia y una búsqueda de maneras de trabajar que ayuden a recorrer camino juntos, creando una cultura compartida en el centro, mediante reuniones, talleres, etc.

Y para que cada participante profundizase en los aspectos que más necesarios les pareciesen en el ámbito de las familias, el elenco de talleres de la tarde abarcaban temas como, el trabajo con padres de alumnos con altas capacidades, o de alumnos con discapacidad intelectual, el desarrollo de la competencia emprendedora desde la familia, orientaciones para el desarrollo de la competencia de interioridad, o el trabajo con la familia de la educación afectiva sexual.

Aún queda mucho por hacer… hay un largo camino para lograr la  participación plena de las familias en la vida del centro y, en consecuencia, llegar a ser verdaderas comunidades de aprendizaje. Desde Escuelas Católicas seguiremos diseñando y compartiendo experiencias y estrategias para promover la participación de las familias, buscando fórmulas de colaboración con la escuela y asesorando sobre la labor educativa como medida de calidad de la enseñanza y mejora del proyecto de vida de sus hijos… nuestros alumnos. Y si queréis ampliar información sobre este tema te recomiendo que consultes la guía elaborada por la Fundación Bertelsman “¿Cómo orientar profesionalmente a tu hijo?”, seguro que encontraréis muchas respuestas.

Ana Díaz-Güemes
@Anadguemes