Tras siete veranos recorriendo el Camino de Santiago con más de 100 adolescentes, debo admitir que es difícil perderse cuando se atraviesan bosques, campos de cultivo o pequeños poblados. La señalización es clara, y aunque se marche a diferentes ritmos, surjan largas brechas que fragmentan el grupo, se llegue a perder de vista al monitor […]

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