La Guía para la prevención y reparación de los abusos sexuales a menores en centros educativos que ha publicado Escuelas Católicas aborda este tema de una manera integral, teniendo en cuenta los diferentes ángulos que es necesario tratar. 

Uno de esos elementos es, lógicamente, el jurídico, aunque nuestro análisis desde esta perspectiva se ve ineludiblemente marcado por una interpretación de las normas hecha desde nuestra naturaleza de centros educativos de ideario católico, que nos obliga a ser especialmente rigurosos con la protección de los menores.

Desde este punto de vista, hemos intentado facilitar a nuestros colegios la aproximación a esta materia desde cuatro enfoques diferentes pero complementarios entre sí. 

En primer lugar, hemos procurado explicar de forma sencilla el marco jurídico que a fecha de hoy resulta aplicable, de forma que los colegios (y, por extensión, el resto de instituciones que integran Escuelas Católicas) puedan reconocer fácilmente cuándo estamos ante una situación de violencia y, de forma más específica, ante un abuso sexual.

En segundo lugar, ponemos de relieve las cuestiones preventivas que deben tenerse presentes en nuestros centros para asegurar no solo que se cumple con la legislación, sino para la creación de entornos escolares seguros, de buen trato e inclusivos, en los que se garantice la integridad de nuestro alumnado y se responda adecuadamente a las familias que nos confían su educación.

En tercer lugar, se ofrecen recursos que puedan ayudar a la toma de decisiones, muchas veces difíciles, y para actuar ante cada concreta situación, teniendo en cuenta las múltiples facetas jurídicas que se derivan de un caso de abusos, cumpliendo con las obligaciones que establece la normativa y aquellas que resultan necesarias para llevar nuestra misión adelante.

Y en cuarto y último lugar, hemos dejado abierta la Guía a la adaptación no solo a la normativa que obligatoriamente se ha de aprobar para el desarrollo y constante adaptación de la legislación (especial mención habría que hacer a la figura del coordinador de bienestar y protección, las dotaciones necesarias para llevar a cabo su cometido y los protocolos de actuación, que deberían contar con una homogeneización básica en todas las comunidades autónomas), sino también, desde un punto de vista más práctico, a las recomendaciones que, desde la experiencia que estamos teniendo con los casos que se están detectando en el entorno escolar, podamos aportar a los colegios para que las tengan en cuenta ante cada concreta situación.

No podemos obviar que nos encontramos con una materia que puede parecer, y sin duda lo es, compleja y “desagradable”, pero debemos (en términos jurídicos y de la misión que cumplimos) estar preparados para “mirar de frente” estas situaciones que, como la experiencia se encarga de recordarnos de forma frecuente, surgen en el momento menos esperado y requieren de nuestra respuesta rápida y contundente. 

Leer ahora la Guía puede parecernos innecesario porque no hayamos tenido que afrontar aún ningún caso de abuso y sea más cómodo posponer su inevitable lectura para cuando nos surja un problema de esta índole; pero dedicarle ya el tiempo que precisa su lectura detenida y aclarar las dudas que se nos puedan plantear nos ayudará, con total seguridad, a prevenir que estos casos no se produzcan, a reaccionar adecuadamente cuando exista un problema y a adoptar las mejores decisiones y soluciones para nuestra escuela como entorno seguro que protege a los menores.    

Juan Manuel Ruiz
Director del Departamento Jurídico de Escuelas Católicas