A veces me pregunto por qué los trabajadores de Google están tan orgullosos de trabajar en esta empresa. Seguramente sea porque en ella se respira innovación, talento, creatividad…

Aunque… también puede ser por los salarios, los seguros médicos, el buen servicio de la comida, la sala de masajes, el futbolín, el pin pon, los cinco meses de baja maternal, las prestaciones iguales para los padres, el seguro de vida…

Ciertamente todas estas cosas influyen, pero lo verdaderamente importante es que todas ellas están pensadas para ayudar a fomentar un ambiente de trabajo positivo. Son normas, procedimientos, políticas definidas por la dirección que constituyen la forma de ser de la empresa, es decir, su cultura corporativa.

Cada cultura corporativa es única, y probablemente lo que funciona en una empresa no lo hace en otra. Si hablamos de centros educativos, por ejemplo, no se trataría de poner un futbolín en la sala de profesores (¡o sí!), sino de definir ese conjunto de valores éticos y profesionales que determinan lo que está bien y mal en el centro, y que conforman la personalidad de cada organización. Esa cultura corporativa, esa personalidad, se refleja en todas la actuaciones que lleva a cabo y en todas las interacciones con profesores, padres, alumnos, comunidad educativa, barrio… es la que nos permite dar forma a una imagen de marca a través de los comportamientos y las conductas de nuestra comunidad educativa.

De ahí que sea importante para un centro educativo lograr que su profesorado esté orgulloso de lucir una camiseta con el logo del colegio; o que una familia, tomando un café con los amigos, hable con satisfacción del colegio donde escolariza a sus hijos. Puede parecer algo superficial, pero es más importante de lo que parece; se trata de una herramienta clave a día de hoy para el éxito de cualquier empresa y también para los centros.

Lograrlo no es una tarea fácil, ya que estamos hablando de la parte intangible de una empresa, pero tampoco es imposible. Se puede aprender mucho de aquellas que lo están haciendo bien y, de alguna forma, integrar sus logros en el colegio. Podemos empezar por conocer las seis empresas que destacan por su cultura corporativa, entre las que se encuentran Google, Twitter o Facebook.

Es momento de pensar en cómo motivar al equipo humano del centro y en cómo es la comunicación con profesores, PAS, padres, alumnos… En definitiva, impregnar a todos ellos de la misión y los valores del centro y, a la vez, ayudarle a llevar a cabo su misión, siendo conscientes de que el sentimiento de pertenencia se consigue poco a poco, día a día, y es fruto de experiencias satisfactorias y significativas.

La cultura corporativa determina la forma de comunicar y de comportase una organización. En el XIV Congreso de Escuelas Católicas “Emociona. Comunicación y Educación”, se abordará con más detalle la importancia de tener una cultura corporativa fuerte que implica tener trabajadores comprometidos y “orgullosos de su cole”. De momento este post solo pretende abrir boca sobre la cultura corporativa porque todas las empresas la tienen, aunque a veces no sea fácil de distinguir.

Eva Díaz
@evadiazfer