¿Cómo pueden los sueños de un alumno transformar la escuela? Esta pregunta nos sobrecoge como educadores, nos abre la puerta hacia un reto y nos invita a abrazar la realidad de cada alumno y alumna, cada persona que nos elige para acompañarle en una de las etapas clave de su desarrollo. Para dar respuesta, la Fundación Spínola propone un modelo concreto de orientación y acompañamiento: el “Plan de Vida”, muy valioso en la formación de los docentes y esencial para trazar el proyecto vital de los alumnos. 

El objetivo final es ofrecer a los chicos y chicas herramientas para su autoconocimiento y asentar las guías para transitar por su trayectoria vital con seguridad y tranquilidad, permitiendo esbozar sus próximos pasos una vez concluida su etapa escolar. Esta inmersión en su propia vida, deben hacerla acompañados de su entorno familiar y guiados por el equipo docente, dando como resultado la autoconfianza necesaria para afrontar su futuro con firmeza. 

“Cuando Carmen vino al mundo teníamos todos los miedos. Pero ver todos los avances que ha tenido desde que era pequeñita, hacer un recorrido por su vida, y darte cuenta de todo lo que ha conseguido, te ayuda a perder el miedo al futuro”, apuntan Manuela y Luis Ángel, padres de Carmen, que sienten que a través del “Plan de Vida” han reflexionado sobre cómo es la vida de su hija; reconociendo “todos los retos que se ha ido proponiendo y cómo los ha ido superando”. 

Las familias que participan en “Plan de Vida” lo describen como una “actividad vital” para la comprensión de las capacidades de sus hijos e hijas, que refleja los miedos pasados, abriendo la puerta a sus sueños con la tranquilidad de conocer las posibilidades que se les ofrecen. Y para los educadores es también fundamental comprender cómo abordar los procesos de orientación vocacional con los alumnos más vulnerables. “Una formación muy valiosa y práctica” para ofrecer un acompañamiento personalizado, adaptado a la realidad de cada uno, que genera un espacio de seguridad y confianza entre alumno, familia y docente. 

¿Cuándo hacerlo? ¿Será demasiado tarde? ¿Será efectivo?… son dudas frecuentes y lo cierto es que antes de que aparezcan los vértigos y miedos de las familias a enfrentarse al fin de la etapa escolar de su hijo, se comienza el “Plan de Vida”, permitiendo hacer el paso de fase de manera natural. No se trata de una receta que seguir o una fórmula mágica que aplicar, sino de herramientas que propician la inmersión en el conocimiento del propio alumno, de dónde viene y hacia dónde quiere ir, reflejando las fortalezas y debilidades que, en conjunto, lo definen como persona, siendo el motor para su siguiente etapa. 

Y es que el periodo escolar es un momento de asentar bases y conocimientos para nuestra vida y de preparación para el futuro, pero muchas veces es necesario un acompañamiento especial en aquellos alumnos que presentan ciertas necesidades.

Es muy importante como educador sentirte preparado para abordar cada realidad de tus alumnos y alumnas, y prepararlos a ellos mismos para tomar las riendas de sus proyectos, sus ilusiones. A través de la formación sobre el “Plan de Vida”, destinada a profesores de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional (tutores y no tutores), así como a miembros del Departamento de Orientación (Orientadores, PT) y directores pedagógicos, les preparamos para ser capaces de acompañar el proceso personal y académico de los chicos y chicas. 

Porque lograr perder el miedo al futuro, trabajando sobre el presente, tiene gran valor en la vida de los alumnos, los profesores, las familias y la cultura de la propia escuela. Logramos generar expectativas y planes de futuro verdaderamente transformadores tendiendo la mano a los sueños de cada alumno. 

Para más información: https://fundacionspinola.es/cursos/plan-de-vida/

Rocío Linares Ramos