Durante el puente de la Inmaculada, como en muchos hogares, damos inicio a una de las épocas más significativas del año: ¡la Navidad! Este es el momento en que se piensa en el merecido descanso tras un largo trimestre, en desconectar de las rutinas, en pasar tiempo con la familia y los amigos, en celebrar tradiciones, en abrir nuestros corazones para el gran recibimiento de Jesús y en recordar o crear memorias que durarán toda la vida. ¿Qué significado especial tiene para ti la Navidad?

Esta época mágica llena de luces brillantes, donde se transforma la cocina en un restaurante especial y el horno se convierte en la repostería más extraordinaria que jamás hemos conocido. ¡Comienza la gran fiesta! Es el momento en que nuestra familia, el pilar esencial de estas fechas, se reúne para disfrutar de estar juntos. Nos sumergimos con actividades que nos acercan, como esos villancicos acompañados de instrumentos improvisados y voces que, aunque lejos de ser angelicales, llenan el ambiente de felicidad y diversión.

La Navidad tiene ese gran valor: el sentirnos cerca. Es una oportunidad para compartir un tiempo valioso con quienes más queremos. Entre risas, historias y anécdotas del día a día, revivimos los momentos del año que hemos pasado, con sus altibajos, y donde nos “preparamos” para lo que viene. En la infinidad de planes que surgen en estas fechas, siempre hay un rincón especial, ese espacio que en casa le llamamos «las faldillas de la abuela». Allí, alrededor del brasero y sin espacio para un alfiler, compartimos chascarrillos y recuerdos, mientras reflexionamos sobre cuánto han crecido los más pequeños. Por ejemplo, cómo al final del trimestre ya parecen haber recorrido un año entero, pasando de apenas reconocer su nombre a casi escribirlo por completo.

¿Cómo vivimos la Navidad en nuestras aulas?

En nuestras escuelas, la Navidad tiene un papel fundamental. Nuestra misión educativa une el espíritu cristiano y festivo con valores esenciales que nos enseñó Jesús como la solidaridad, la tolerancia y el respeto. Gracias a la creatividad de los docentes, los centros se transforman en auténticos museos llenos de significado y belleza. ¡Qué maravilloso es transmitir esto a nuestras familias y alumnado! Aunque son días de mucha preparación y esfuerzo, cada detalle, -desde las manualidades hasta los adornos-, se convierte en un recuerdo lleno de cariño y dedicación para nuestros niños donde aprenden a respetar las diferentes culturas, se cuida la parte emocional a través de la escucha y creamos ese gran trabajo en equipo que tanto aporta en el aula.

Creando recuerdos duraderos

Trabajar con los niños la llegada a ese gran momento, es algo muy especial, y más cuando ves que el árbol de casa se ha llenado de infinidad de figuras pintorescas que tienen mucho significado y que reflejan cómo han sido los días en casa y en el aula. Es importante ese tiempo de “conexión” que fomenta un ambiente cálido de solidaridad y generosidad, invitando a los niños a ser protagonistas de su propia experiencia navideña con muchos planes de “andar por casa” y donde se crean esos lazos de unión en familia con el tiempo de calidad que tanto se necesita, se fomenta el valor de cuidar a los demás y el espíritu de dar. ¿Qué recuerdos crearás este año?

Espacios para compartir y valorar el tiempo de calidad

Es importante aprovechar esta época para detenernos y dar importancia al tiempo que compartimos, tanto a los más mayores como a los más pequeños. Es un momento esencial de crear lazos, enseñar valores, y sobre todo para celebrar juntos lo que realmente importa: la familia, la amistad, el espíritu de dar y de valorar que con las pequeñas cosas que tenemos, ¡ganamos mucha felicidad!

Ingredientes para una receta mágica

Comparto unos ingredientes que te ayudarán a crear estas Navidades un gran plato especial:

  Una pizca de magia e imaginación para dejarse llevar por la ilusión y la creatividad.

  Si haces un regalo, hay que tener en cuenta: regalar para leer, regalar algo que se necesite o regalar algo para usar.

  Para mirar el futuro con ilusión y fortaleza, añádele esperanza y fe.

  Apreciar todo lo que tenemos y compartirlo para ganar un toque de gratitud.

  Cálidas conversaciones que conectan y crean lazos.

El gran método de preparación será mezclar cada uno de estos ingredientes con el calor del hogar, añadir una dosis diaria de abrazos y palabras de cariño, y compartir con todos.

¡No olvides disfrutar de cada momento, como cada regalo que es!

Cristina Álvarez
Departamento de Innovación Pedagógica de Escuelas Católicas